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Retorno al pasado (1)

Los hermanos Segoni

En los años 70 los hermanos Giuliano y Roberto Segoni, de Florencia, crearon un par de chasis muy interesantes con los que llegaron a competir, en España incluso.

El proyecto de un chasis monocasco en la mente del volcánico Giuliano Segoni, que acabó en un ejemplar único y nunca replicado, ocurrió curiosamente al mismo tiempo en el que otros abordaban diseños similares.

El piloto alemán Eric Offenstadt, del que ya hemos hablado aquí, realizó otro similar también en aluminio, quizás no tan sofisticado y destinado a alojar el motor Kawasaki triple de 500cc / 750cc.

En esa misma época Norton produjo su monocasco perimetral en chapa de acero, envolviendo el motor sin fijarlo superiormente, para su 750 de competición pilotada por Peter Williams en Imola.

El chasis

Los tres chasis tenían función de depósito de carburante, aunque ninguno (todavía menos ¡el de la marca británica!) se inspiraba en el ejemplo del otro.

Eran distintos ejercicios de forma-función empujados por la misma necesidad: alcanzar una perfecta mezcla de rigidez y ligereza.

Giuliano Segoni tenía las ideas claras: quería una moto de competición muy ligera y con una estabilidad excepcional.

Una Laverda por supuesto, con su bicilíndrico SF 750, que todavía en aquellos primeros años setenta podía considerarse uno de los mejores modelos.

Plantillas de madera para el chasis monocasco Segoni. Fotografía: Lorenzo Segoni

Y la verdad fue que su idea, su pasión y dedicación fueron tan fuertes y absolutas que bastaron un par de meses de duro trabajo. Todo dentro del taller casero donde ambos hermanos trabajaban, donde incluso el abuelo Aldo, incansable inventor, también explotaba su excéntrica creatividad.

Y fue allí donde crearon un monocasco tan bueno, que parecía tener todas las cualidades presumidas desde el principio.

Chasis monocasco Segoni. Anclajes superiores de motor y estructura interna. Fotografía: Lorenzo Segoni.

La prueba

Sin embargo la historia tuvo un mal desarrollo:

los encargos de otros trabajos, el tiempo disponible y todas aquellas otras tareas que no se pueden evitar para sobrevivir hicieron que, con ocasión de las 200 Millas de Imola, la furgoneta con Giuliano Segoni, el mecánico Lelio Lotti y la monocasco llegase con retraso al circuito.

Segoni, Brettoni y Offenstadt en Imola en 1973. Fotografía: Lorenzo Segoni

Los esperaba allí el piloto Augusto Brettoni, oficial de la fábrica Laverda que por aquel entonces proporcionaba los motores con los que Giuliano realizaba sus preparaciones.

Aquí podéis ver un fantástico video del parque de motos en la pista de Imola, año 1973, previo a las pruebas.

En el minuto 3:14 aparece la Laverda Special Segoni y Giulano Segoni con su famoso mono de trabajo blanco.

Y en el minuto 12:20, ya en carrera, la caida de Eric Offenstadt con su Kawasaki.

(Fotografías de Giuliano Segoni y su fabuloso trabajo, cortesía de Lorenzo Segoni)