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Un sueño francés (y 2)

Un sueño francés (y 2)

Eric Offenstadt era otro estilo. Llega más tarde al mundo de las motos. No era considerado como Ravel «el artista».

Su sueño estaba más cerca de la Fórmula 1, gracias a su amistad con el piloto Jean Pierre Beltoise, pero se cruzó en su camino el jefe de la escudería SIDEMM, Xavier Maugendre, y acabó enrolándose en el equipo.

Tímido y de pocas palabras, todo lo contrario que Ravel. No pierde el tiempo persiguiendo chicas. Él es un apasionado de la técnica y quiere resolver la inestabilidad exasperante de las H1R con un chasis monocasco basado en los Fórmula 1.

Parrilla de salida en Spa.

Agostini y Findlay están tranquilos, conocen sus capacidades y posibilidades. Offenstadt con su monocasco sabe que cuenta con un depósito de gasolina cuya capacidad le permitirá acabar la prueba sin detenerse.

Ravel sin embargo, tiene claro que deberá parar para repostar en la última parte de la carrera. Además sufre la presión de no haber obtenido aun un solo punto en el campeonato, mientras su compañero ya cuenta con un podio.

Offenstadtl en su H1R monocasco con horquilla de Honda 750. En segundo plano la moto de Ravel.

Salida…

La MV Agusta de Ago no arranca. Findlay, Ravel y Offenstadt salen como tiros y se escapan, junto a Pagani sobre su Linto.

Tres vueltas después Agostini  les alcanza y acaba por superarlos en la curva de La Source. Se escapa en solitario.

La Linto de Pagani rompé una válvula unas vueltas después. Los dos franceses y el australiano se pasan y repasan una vez tras otra en cada vuelta.

Aviso del box a Ravel: debe entrar a repostar. Este lo ignora y sigue dando gas.

La Jada de Findlay se viene abajo, dejando a los pilotos franceses luchando solos por el segundo puesto. Christian va delante a la entrada  de Stavelot con Offenstadt pegado a su rueda.

Lo que sucedió después, es Offenstadt el único que pudo verlo: la H1R de Ravel comienza a dar bandazos, perdiendo adherencia en el tren trasero, como si de un gripaje se tratara. El piloto, lanzado contra las demasiado cercanas barreras que había en Spa, sufre un golpe violentísimo que acaba con su vida.

Su moto vuelve a pista, golpea la rueda trasera de Offenstadt, que salva milagrosamente la caída y consigue finalizar en segunda posición la carrera.

En 1974 acabó su aventura motociclística, la cual nunca volvió a ser la misma después de aquel día.

El final del sueño francés. Ravel «el artista». Murió persiguiendo ser el primer francés Campeón del Mundo de Motociclismo en 500cc.