Pulsa ENTER para buscar o ESC para salir

Inicio » Actualidad » Soluciones drásticas con estilo: Ellos cogieron el ferry

Soluciones drásticas con estilo: Ellos cogieron el ferry

Soluciones drásticas con estilo…o ellos cogieron el ferry.

 

¿Sabéis cómo se puede convencer para ir con más cuidado a los motoristas que suelen correr en carretera? Pues ¡asustándoles! Pero de verdad.

Fue lo que hizo el Ministerio de Transportes danés, que en 1948 encargó a Karl Theodor Dreyer, uno de sus más importantes directores de cine, filmar una aterradora pequeña historia para bajar los humos de los motociclistas  más “entusiastas” de su país.

 

Ellos cogieron el ferry

Se trata de una frenética carrera contra el reloj, donde una pareja en moto intenta llegar a tiempo para coger un ferry.

Unos “obstáculos” a lo largo del trayecto – como advertencias repetidas –  nos ponen los pelos de punta, aunque no al piloto que sigue corriendo: grava, de repente, en una curva; una liebre que cruza el camino; un camión que decide girar sin intermitente.

Y finalmente, un coche asesino. Si, señores: la Muerte en persona, con cara de cadáver y una risa loca.

La moto

Es una Nimbus 750, 4 cilindros en linea. Sus ocupantes: Joseph Koch, por entonces piloto probador de la Fisker & Nielsen, y su esposa, Kamma.

Según el operador, Jorgen Roos, a Koch le gustaba correr, y además sabía cómo hacerlo. Aunque el director tampoco iba en broma. Según sus criterios realistas, si la velocidad indicada en el guión era de 120 Km/h, Koch ¡tenía que ir a 120! Y no solamente él sino también el piloto del sidecar donde se encontraba Roos con su cámara ¡en el cochecito!

La “voz” poderosa de la Nimbus es la unica banda sonora del film, junto con el redoble sombrío de un tambor, al principio y al final.

 

La Muerte

Bajo la sombra de una magnética hilera de árboles, claramente impresionados por algo que todavía ignoran, o no entienden, el hombre y la mujer intentan adelantar un coche que tiene dibujado un esqueleto en la parte trasera. Otra advertencia evidente, aunque no para ellos…

La Muerte impide que el motorista adelante. Él no se rinde. La Muerte acelera. Los empuja contra el tronco de un árbol y la pareja, en un primer plano, grita. Frenazo . Y silencio.

Al final, los motoristas han alcanzado el ferry. Un viejo con una barba blanca y un abrigo negro lleva dos ataúdes a bordo de una barca. Una campana toca la salida, mientras dos gaviotas se levantan en un cielo gris.

Escuchadme: id con atención en la carretera.